NO ONE CAN - MARILLION 1991
En este LP se puede decir que Marillion habían pasado ya a ser “otra” formación muy distinta de la que grabó los cuatro discos en estudios con Fish. La salida del cantante gigantón marcó un antes y un después en la historia del grupo; curiosamente, como sucede en otros grupos, la gente de cierta edad tiende a recordar a Marillion como “la banda de Fish”,cuando en realidad él estuvo mucho menos tiempo del que lleva, en la actualidad, su sustituto el cantante Steve Hoggart, un hombre de gran talento que no quiso nunca ser un imitador o siquiera una continuación de Fish, por más que en el redondo que publicó con Marillion después de la marcha de Fish, el imprescindible “Season’s End”, todavía se viera ese aire a lo Marillion añejo, por decirlo de alguna forma
Lo cierto es que ese aire añejo desaparece por completo en este gran trabajo, un artefacto que ya habría de marcar la pauta para discos posteriores como los increíbles “Marbles” o “Brave”, aunque luego la carrera de Marillion cayera en algunos puntos bajos de creatividad, lo cual es disculpable siempre en unos artistas que llevan tantísimo tiempo en el candelero.
“Holidays in Eden” contiene algunos temas de primera, temas tranquilos de una atmósfera suave y acariciante, si se piensa muy por encima de lo que habían hecho en los 80 grupos que intentaban reconvertirse al progresivo melódico como Saga o Barclay James Harvest, cuyos lanzamientos de esos años quedan muy por debajo de lo conseguido por Marillion en este redondo. Recomiendo a todo el mundo la escucha de canciones tan sublimes como “The party”, exquisito, o el que da título al disco y del que se hizo un single en el que –y este dato a mi modo de ver es curioso- Hoggart aparece con una imagen muy parecida a la que tenía Peter Gabriel cuando experimentó también sus cambios y se convirtió, precisamente de nuevo, en una estrella pop. Así, los destinos de Marillion, los destinos artísticos, queremos decir, parecen ir unidos a la evolución de Peter Gabriel: artistas de vanguardia musical (hasta cierto punto, claro) en sus comienzos, como los Genesis de Peter Gabriel; y luego en banda de pop de alto octanaje cuando les abandonó Fish, igual que Genesis cuando tomó el mando Phil Collins.
A mi entender, nada hay de reprochable en este cambio cuando se hace con gusto, delicadeza y respeto por sí mismos como músicos y por los fans como consumidores. De hecho, un grupo tan poco sospechoso como Spock’s Beard hicieron exactamente lo mismo en su disco “Octane”: esto es, pasar de banda progresiva a grupo de pop de alta graduación.
Que la disfruten!!!
NO ONE CAN
